La primera vez que hice un examen fue cuando tenia 5 años. Intentaba ingresar en la primaria de una universidad muy importante. Recuerdo que estaba más triste, por la reacción de mi madre, que por no haber aprobado. Tuve que ingresar en una escuela pública, pero para recuperar mi honor me esforcé al máximo. La verdad es que era bastante buena. Finalmente logré entrar en uno de los mejores institutos privados. Pero ahora que lo pienso, ahí es donde comenzaron mis problemas. Al poco tiempo mi padre fue trasladado al extranjero. Mi madre usó mi admisión en el instituto como excusa para no acompañarlo. Me había extralimitado para entrar en un instituto muy superior a mis capacidades, y ahora no importaba cuanto me esforzara siempre cateaba. Mi madre fue poniendose cada vez peor y mi padre no estaba para calmarla. Aún así en primavera logré ingresar en la secundaria alta, y mi hermano entró fácilmente en la primaria donde yo no pude. Mi hermano el cerebrito pudo cumplir todos los deseos de mi madre mientras mis notas seguían bajando. Tanto en casa como en la escuela, todos los días me recordaban lo inútil que era. Estaba triste y sola, y ni siquiera progresaba. Pero aun así seguía estudiando. El usar el uniforme de un instituto famoso era lo únco que me enorgullecia.
¿Para qué fueron todos esos días? ¿Para quién era esa vida? Deseaba encontrar un lugar donde me apreciaran por lo que realmente soy.
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